Viendolo en retrospactiva, así es como fueron exactamente las cosas.
En el siguiente descanso, Haruhi no abandonó la clase ella sola como de costumbre. En lugar de eso, salió arrastrándome a mí por el brazo. Después de salir de clase, empezó a correr por el pasillo y subió unas cuantas escaleras antes de detenerse delante de la puerta que da al patio del tejado.
La puerta del tejado acostumbra a estar siempre cerrada, así que las escaleras que suben desde el cuarto piso suelen utilizarse de trastero. Probablemente por el club de Arte. Cosas como enormes lienzos, pinceles rotos, y bustos de Marte sin nariz estaban apilados por ahí dando la impresión de estar en un trastero. Pensándolo bien, era un trastero. Y tampoco estaba muy bien iluminado.
¿Por qué me habrá traído a un sitio así?
“Échame una mano.”
Dijo Haruhi. Haruhi estaba en estos momentos cogiéndome de la corbata, al tiempo que me clavaba su mirada. Parecía como una extorsión.
“¿Qué te eche una mano en qué?”
Ya sabía la respuesta, pero pregunté igualmente.
“A crear mi nuevo club.”
“¿Por qué tengo que ayudarte con tu idea? Primero dímelo.”
“Yo tengo que ir a buscar una aula y más miembros, así que tú te encargaras
del papeleo.”
No me está escuchando.
Me libré de las garras de Haruhi.
“¿Qué tipo de club planeas hacer?”
“¿Acaso eso importa algo? ¡Lo primero es crear el club!”
Tengo serias dudas de que la escuela acepte este club que intentas crear en donde se desarrollarán unas actividades desconocidas.
“¿Entiendes? Entérate de cómo hacerlo antes de que acaben las clases. Yo también encontraré un cuarto antes de que terminen. ¿Te ha quedado claro?”
No. Solo que tengo la impresión de que si digo lo que pienso realmente, seré apalizado hasta la muerte. Mientras me encontraba en el proceso de formular una respuesta. Haruhi ya había bajado por las escaleras con un par de extraños saltitos, dejando a tras a un chico confundido junto a un montón de trastos.
“…todavía no he dicho ni que sí ni que no….”
No tenía sentido hablarle a un busto de yeso. Empecé a bajar, pensando en que les contaría a mis curiosos compañeros en cuando entrara en clase.
Requerimientos para crear una “asociación de estudiantes”:
Cinco o más miembros. Asignar a un profesor encargado, nombre, responsable de la asociación, y las actividades del club. Esto tiene que ser aprobado luego por el comité administrativo del consejo estudiantil. Las actividades del club tienen que adherirse a la política de conducir a una más productiva y activa vida escolar. Basándose en las futuras actividades y funcionamiento, el comité administrativo podrá presentar una moción para subir el estatus de la asociación al de “sociedad de investigación”. Además, mientras el club siga como asociación de estudiantes, no se asignará ninguna subvención.
No hizo falta ir a investigar nada. Estaba todo escrito en la parte de atrás de la
guía del estudiante.
El requerimiento de los miembros puede ser fácilmente superado pidiéndole a cualquiera que me deje usar su nombre. Un profesor encargado puede ser más difícil de encontrar, pero siempre se puede hacer alguna triquiñuela. El nombre basta con que sea algo inofensivo. Y el responsable del club por supuesto será Haruhi.
Pero estoy casi convencido de que sus actividades no van a “adherirse a la política de conducir a una más productiva y activa vida escolar.“
Al menos eso es lo que yo le dije. Pero Haruhi Suzumiya es la clase de persona que solo oye lo que quiere oír.
Agarrándome de la manga de mi chaqueta como unas tenazadas, en el momento en que sonó la campana, Haruhi me arrastró fuera de la clase, casi como si me estuvieran secuestrando, y salimos pitando. A penas si me dio tiempo para coger mi cartera para no dejármela en clase.
“¿A dónde vamos?”
Algo que cualquiera que se encontrara en mi misma situación preguntaría,
“¡A la habitación del club!”
Haruhi me contesto concisamente mientras seguía avanzando con el vigor suficiente para ir apartando uno tras otro los estudiantes que se encontraba por el medio. Al menos deja de agarrarme el brazo.
Cruzamos la pasarela que hay entre dos edificios y bajamos hasta el primer piso, luego entramos en otro edificio y volvimos a subir hasta que Haruhi se detuvo en medio de un pasillo poco iluminado, forzándome a frenar en seco.
Una puerta se encontraba delante de nosotros.
Club de literatura.
Eso es lo que ponía en el rotulo de la puerta.
“Aquí.”
Haruhi abrió la puerta sin siquiera llamar antes y entró a saco sin la más mínima muestra de sigilo. Yo la seguí, naturalmente.
Era una habitación más grande de lo que parecía. Tal vez porque solo tenia una mesa alargada, sillas metálicas, y unas estanterías. Las dos o tres grietas que había por el techo y las paredes daban buena muestra del lamentable estado en que se encontraba la estructura del edificio.
Y sentada en una de las sillas metálicas, como si de un mueble más se tratara, se encontraba una chica leyendo un grueso libro de tapa dura.
“¡Esta aula es ahora la habitación de nuestro club!”
Haruhi alzó los brazos arriba y hizo está proclamación con un tono solemne. En su cara se dibujó una sonrisa divina. Decidí no contarle mi opinión de que seria estupendo que mostrara esa sonrisa cada día en clase.
“Espera un momento, ¿donde estamos?”
“En el edificio del departamento de arte. El club de arte y el de instrumentos de viento tienen una sala de arte y una sala de música, ¿verdad? Los clubs y sociedades que no tienen esa clase de salas tienen cuartos en este edificio. También conocido como la vieja chabola. Este es el cuarto del club de literatura.”
“Entonces esto pertenece al club de literatura, ¿no?”
“Sí, pero los de tercero se graduaron todos el año pasado, así que ya no quedaba ningún miembro. Era el único club que hubiese sido borrado si nadie se hubiera apuntado. Y fue esta chica de primero la que se apunto.”
“Entonces el club no se borró, ¿verdad?”
“No, pero casi. Solo tiene un miembro.”
Increíblemente terrible. Planea apoderarse de la habitación. Dirigí mi mirada hacia la chica que parecía ser el miembro del club de literatura de primer año, auto-complaciéndose leyendo en una silla plegable.
Una chica con el pelo corto que llevaba gafas.
Ni siquiera ha levantado la mirada desde que Haruhi hiciera esa proclamación. Sus únicos movimientos eran el de sus dedos pasando la página de vez en cuando. El resto de su cuerpo no se ha movido lo más mínimo. Estaba ignorando completamente nuestra presencia. Realmente era una chica extraña.
Baje la voz y le susurré a Haruhi.
“¿Y qué pasa con ella?”
“Dijo que no había ningún problema con esto”
“¿En serio?”
“Hablé con ella durante la hora de la comida. Cuando le pedí que me dejara este cuarto me dijo que adelante. A ella no le importa mientras le dejemos leer. Creo que es una chica bastante rarita.”
Mira quien fue a hablar.
Di otro vistazo a la extraña miembro del club de literatura. Piel blanca y una cara desprovista de emociones. Dedos con movimientos robóticos. Su pelo apenas le llegaba a los hombros, aun así era suficientemente largo como para cubrir su fisonomita. Tenía curiosidad por ver como quedaría sin gafas. Su comportamiento, igual al de una muñeca, hacia que costara percibir su presencia. Si tuviera que clasificarla, la manera más fácil sería decir que es del tipo misteriosa.
No sé que pensaría de mi descarara mirada fijada sobre ella. La chica de repente se ajustó las gafas empujándolas por el puente con un dedo.
Unos ojos negros me observaron desde detrás de los cristales. Ni los ojos ni los labios reflejaban emoción alguna. Cara de póquer al máximo nivel. A diferencia de Haruhi, su configuración por defecto parece ser la de un rostro completamente inexpresivo.
“Yuki Nagato.”
Dijo. Parece que es su nombre. Lo dijo con una voz tan suave que podrías olvidarlo en tres segundo.
Yuki Nagato me estuvo mirando el tiempo suficiente para que parpadeara un par de veces. Luego al parecer perdió el interés y volvió a su lectura.
“Entonces Nagato-san,” Dije. “Ella planea quedarse esta habitación para su
club de no-tengo-ni-idea-de-que-va. ¿Te parece bien eso?”
“Sí.”
Yuki Nagato contestó sin apartar su mirada del libro.
“Bien, pero, seguramente seremos una gran molestia.”
“No creo.”
“Pero incluso podrían expulsarte”
“Pues adelante.”
Las respuestas rápidas están bien, pero sus respuestas estaban vacías de emoción. Realmente da la sensación de que no le importa lo más mínimo.
“Bien. Pues ya está.”
Haruhi intervino. Su voz siempre está llena de vida. Por algún motivo tenia un mal presentimiento sobre esto.
“A partir de ahora procura venir siempre aquí después de clases. ¡Más te vale venir! Sino rodarán cabezas.”
Dijo esto mientras sonreía como un cerezo en plena flor. De mala gana asentí con la cabeza.
Me gusta donde tengo la cabeza ahora.
Así que, de alguna manera conseguimos un cuarto para el club, que está bien, pero no ha habido ningún progreso con el papeleo. Primero de todo, el nombre y las actividades del club todavía no han sido decididos. Yo le dije que pensara en eso primero, pero parece que Haruhi tiene otras ideas.
“Ya habrá tiempo para eso después.”
Haruhi orgullosamente proclamó.
“Primero están los miembros. Necesitamos al menos dos más.”
¿Qué significa eso? ¿Estás contando también al miembro del club de literatura? ¿Es que consideras a Yuki Nagato como parte del mobiliario que venia con la habitación?
“Estate tranquilo. Los encontraré enseguida. Ya conozco a alguien que está hecha para este club.”
¿Como voy a estar tranquilo? Mis dudas no hacen más que reafirmarse. Al día siguiente, tuve que declinar la invitación de Taniguchi y Kunikida de volver a casa juntos. No tenía otro remedio, moví mis pies hacia el cuarto del club.
Haruhi me grito, “¡Tú ve pasando!” antes de salir corriendo del la clase con una aceleración record que explicaría porque el club de atletismo insistió tanto en que no se fuera. Eran tan rápida que te daba la impresión que tenia cohetes pegados a los pies. Seguramente haya ido a buscar a un nuevo miembro para el club. ¿Habrá ido a buscar a un alíen?
Me colgué la cartera al hombro y sin demasiado entusiasmo me dirigí hacia el club de literatura.
Yuki Nagato ya se encontraba en la habitación. Estaba leyendo en exactamente la misma posición que ayer, dándome una sensación de déjà vu. Justo igual que ayer, ni siquiera se giró cuando entré en la habitación. No lo sé muy bien, ¿pero es que solo se leen libros en el club de literatura?
Silencio.
“¿…Qué estás leyendo?”
Pregunté, al no poder aguantar más ese silencio. En lugar de responderme, Yuki Nagato levantó levemente el libro para mostrarme la tapa. El titulo, que parecía extranjero, escrito con letras góticas, ya hacia que me entrara sueño.
Parece una novela de ciencia ficción o algo así.
“¿Es interesante?
Yuki Nagato se ajusto las gafas empujando con un dedo el punte y con una expresión indiferente dijo en un tono indiferente.
“Único.”
Me daba la impresión de que se dedicaba a dar una respuesta aleatoria a mis preguntas.
“¿Qué parte de él?”
“Todo.”
“Te gustan los libros, ¿verdad?”
“Eso parece.”
“Ya veo…”
“…”
Silencio.
¿Puedo irme ya? Dejé la mochila sobre la mesa y estaba apunto de sentarme en una de las sillas cuando la puerta se abrió. Más bien como si la hubiera abierto de una patada.
“¡Hey! ¡Siento la espera! ¡Me ha costado un poco encontrarla!”
Haruhi hizo su entrada saludando con una mano levantada por encima de su cabeza. Su otra mano quedaba por detrás de ella, agarrando la mano de alguien. Haruhi entró arrastrando a otra persona, obviamente la traía en contra de su voluntad, y luego cerró la puerta con el pestillo. Clic. Tras oír ese ruido, la pequeña estudiante empezó a temblar de ansiedad. Era otra chica. Una extremadamente guapa.
¿De donde sacas exactamente que esta persona “está hecha para este club”?
“¿Qué es esto?”
Dijo la hermosa chica. La pobre estaba casi apunto de llorar.
"¿Donde estamos? ¿Por qué me has traído aquí? ¿¡Por que has cerrado la puerta!? ¿Qué vas a…?”
“Cállate.”
La chica se quedó petrificada al oír la voz
imperativa de Haruhi.
“Déjame presentarla… Está es Mikuru Asahina-san.”
Y tras esto, Haruhi no dijo nada más. ¿Eso es la presentación?
Un incomodo silencio se hizo en la habitación.
Haruhi estaba ahí de pie con cara de haber acabado ya con su trabajo. Yuki Nagato seguía leyendo como si nada hubiera pasado. La misteriosa chica llamada Mikuru Asahina estaba encogida al borde de las lágrimas. No creo que ninguna de ellas diga nada por el momento, así que no me tocó más remedio que abrir la boca.
“¿De donde la has raptado?”
“No la he raptado. Se ha dejado secuestrar voluntariamente.”
Es lo mismo.
“Me la encontré embobada en una clase de segundo año. Me he recorrido todo los rincones de la escuela durante los descansos, así que ya la recordaba de haberla visto un par de veces.”
Me preguntaba a que se dedicaba durante los descansos. Así que era eso lo que hacia. No, más importante aún…
“Entonces, ¿va un año por delante nuestro?”
“¿Qué pasa con eso?”
Tenía una expresión de desconcierto en su cara. Al parecer, esta tía nunca piensa en las cosas.
“Olvídalo… Uh, ¿Asahina-san, verdad? ¿Por qué ella?”
“Bueno, míratela bien.”
Haruhi apunto con su dedo a la nariz de Mikuru Asahina-san quien se hecho para atrás asustada.
“Es súper mona, ¿a que sí?”
Hablaba como un peligroso secuestrador. O esa es la impresión que me daba, pero entonces…
“Creo que su atractivo es un factor esencial.”
“…perdona. ¿De qué estás hablando?”
“Atractivo, Atractivo. Es lo que atrae a la gente. ¡Fundamentalmente, en cualquier historia en que pase algo raro, siempre hay una encantadora chica con aspecto de lolita!”
Sin darme cuenta me gire hacia Mikuru Asahina-san. Un pequeño cuerpo. Una carita de niña. Ya veo. Una persona descuidada podría fácilmente confundirla por una estudiante de secundaria. Su levemente rizado pelo castaño le caía delicadamente por la espalda. Sus vidriosos ojos de cachorrito parecían decir “Por favor, protégeme”. Sus blanquísimos dientes de esmalte, que se podían ver a través de su boca entreabierta, daban una maravillosa sensación de armonía a toda su preciosa carita. Si estuviera sosteniendo una varita con una bolita brillante en la punta, esperaría que se trasformara en una magical girl en cualquier momento. Espera, ¿en que demonios estoy pensando?
“¡Y eso no es todo!”
Haruhi rodeó por detrás a Mikuru Asahina-san, su senpai, con una sonrisa de confianza y la agarró por detrás.
“¡Wahyaa--!”
Asahina-san gritó. Pero Haruhi, impasible, seguía agarrándole los pechos a través del uniforme.
“¡Dohee-!”
“Es muy pequeña, pero mira. Sus tetas son más grandes que las mías. Una cara de lolita con peras enormes. ¡Es un elemento muy importante para atraer a la gente!”
Pues vaya novedad.
“Ah- , Son realmente enormes-“
Diciendo esto, metió las manos por debajo del uniforme y empezó a manosearlas. ¡O—oye!
“Me está empezando a mosquear y todo. ¡Una cara tan bonita y encima las tiene más grandes que yo!”
La cara de Asahina-san estaba toda roja mientras se resistía y pataleaba, pero no podía hacer nada contra esa diferencia de fuerza. Haruhi, al no tener ninguna oposición, empezó a bajar las manos por debajo de la falda y fue entonces cuando arranque a la pervertida esta de la espalda de Asahina-san.
“¿Pero tú estas tonta?”
“¡Es que son enormes! En serio. ¿Por qué no las pruebas?”
Asahina soltó un pequeño gemido, Hiii- , después de oír eso.
“Creo que paso.”
¿Qué otra cosa podría haber dicho?
Lo que es realmente sorprendente es que durante todo este rato, Yuki Nagato no levantó la vista de su libro ni una sola vez. Algo raro le pasa a esta chica, también.
Entonces es cuando lo entendí…
“¿Entonces qué? ¿Ósea, que simplemente por el echo de que Asahina-san sea mona, pequeña y tenga grandes tetas es por lo que la has traído aquí?”
“Exactamente.”
Esta tía debe de ser tonta de nacimiento.
“He pensado que necesitaríamos a un personaje tipo mascota como ella.”
No. Piensa en cualquier otra cosa.
Asahina-san delicadamente se arreglo el uniforme y levanto la cabeza para mirarme. Es bastante incomodo que me mires con esa expresión.
“Mikuru-chan, ¿estás en algún otro club?”
“Um… en el club de caligrafía…”
“Entonces déjalo. Interferirá con las actividades de nuestro club”
Haruhi estaba siendo más egocéntrica que nunca. Asahina-san parecía como un condenado a muerte al que le habían dicho que escogiera entre cianuro potásico o estricnina. Alzó la vista de nuevo para mirarme como buscando la salvación. Luego se dio cuenta de la presencia de Yuki Nagato por primera vez, y sus ojos se abrieron llenos de sorpresa. Sus ojos luego inspeccionaron la habitación antes de que al final susurrada, “Ya veo…” casi como un suspiro.
“Lo entiendo,” Dijo después.
¿Qué has entendido?
“Dejaré el club de caligrafía y me uniré a este…”
La tristeza de su voz hacia que me sintiera realmente mal por ella.
“Pero no estoy segura de lo que se hace en el club de literatura…”
“No somos el club de literatura.”
Dijo Haruhi como si fuera la cosa más obvia del mundo.
Yo se lo expliqué a la sorprendida Asahina-san en lugar de Haruhi.
“Estamos temporalmente instalados en este cuarto. El club al cual te has visto forzada a entrar es una asociación de estudiantes sin nombre que todavía ha de crear Suzumiya y que participará en unas actividades desconocidas por ahora.”
“… Qué…”
“Eso si, la que está sentada ahí leyendo sí que es miembro del club de
literatura.”
“Ah…”
Asahina-san, con sus adorables labios abiertos, se quedó sin palabras. No la puedo culpar.
“¡No te preocupes!”
Haruhi, con una brillante sonrisa libre de cualquier muestra de responsabilidad, firmemente apoyó su mano sobre la pequeña espalda de Asahina-san.
“¡Acabo de pensar en un nombre!”
“…Permítenos oírlo.”
Mi voz, sin llevar ningún tipo de expectación, resonó por la habitación. Si es posible, preferiría no oírlo. Y a Haruhi Suzumiya obviamente no podría importarle menos mi opinión, así que triunfalmente dijo con voz clara el nombre del club.
Atención todos. El nombre de este espeluznante club ya está decidido. No ha habido ninguna alteración. Es puramente producto de la mente de Haruhi.
¡Brigada SOS!
Sekai wo
Oini moriagerutame no
Suzumiya Haruhi no Dan
Para salvar al mundo con una sobredosis de diversión la brigada de Suzumiya Haruhi. O Brigada SOS para abreviar.
Podéis reíros si queréis. Antes de que yo pudiera hacerlo, me quedé atontado. Quizás os estéis preguntando por qué una brigada. Originalmente, tendría que haber sido ‘para salvar al mundo con una sobredosis de diversión la asociación de Suzumiya Haruhi’, pero la asociación todavía no había sido aprobada, y nadie tiene ni idea de lo que se supone que hace este club. “Entonces lo dejamos en Brigada”. Las incomprensibles palabras de Haruhi cerraron el asunto.
Asahina-san se quedo con la boca cerrada con una expresión de resignación en su cara. Yuki Nagato era un extra. Y yo fui incapaz de decir nada. Como consecuencia, el nombre “Brigada SOS” se aprobó con un voto a favor y tres abstenciones. ¡Aleluya!
Has lo que quieras.
Después de que Haruhi nos ordenara venir aquí cada día al acabar las clases, la reunión acabó. Los suspiros de Asahina-san mientras se iba despacio por el pasillo con los hombros caídos eran tan tristes que…
“Asahina-san.”
“¿Qué pasa?
Asahina-san, que para nada parecía que fuera mayor que yo, inclino su inocente cara, una imagen de pureza, hacia mí.
“No tienes porque unirte a un club tan raro. No te preocupes por ella. Ya hablaré con ella luego.”
“No.”
Se paró, y sus ojos se cerraron levemente.
“Está bien. Voy a unirme.”
“Pero dudo realmente que esto acabe bien.”
“Estaré bien. Además, tu también estas aquí, ¿verdad?”
Cierto. ¿Por qué estoy aquí?
“Probablemente sea inevitable que esto ocurra en este plano temporal…”
Sus ojos, en su hermosa y redonda cara, se quedaron fijos perdidos en el infinito.
“¿huh?”
“Y tengo curiosidad sobre por qué Nagato-san está aquí…”
“¿Curiosidad?”
“Ah. No, no es nada.”
Asahina-san meneó la cabeza como si se hubiera puesto nerviosa. Sus delicados mechones de pelo se agitaron suavemente.
Luego Asahina-san, sonrió como avergonzada, e hizo una amplia reverencia.
“Puede que sea algo inexperta, pero espero llevarme bien con todos.”
“Bueno, si tu lo dices…”
“Ah, y si lo prefieres, puedes llamarme Mikuru-chan.”
Sonrió con dulzura. Díos. Es tan guapa que podría desmayarme y todo.
Estaba hablando con Haruhi un día.
“¿Qué crees que necesitamos ahora?”
“Me rindo.”
“Estaba pensando en conseguir a un misterioso estudiante transferido.”
“Me gustaría que primero definieras lo de ‘misterioso’.”
“Ya han pasado dos meses desde que empezó el curso. Cualquiera que sea transferido a estas alturas tiene que ser calificado como misterioso, ¿no crees?”
“Puede que su padre haya sido trasladado de repente.”
“No, eso no seria normal.”
“¿Pero qué consideras normal tú? Me gustaría saberlo.”
“Ojala que apareciera algún misterioso estudiante trasferido.”
En otras palabras, que pasas de lo que diga, ¿verdad?
Parece ser que empezó a difundirse el rumor de que Haruhi y yo planeábamos algo.
“Habla. ¿Qué estáis tramado Suzumiya y tú?”
El que me preguntó esto fue evidentemente Taniguchi.
“No me digas que estáis saliendo juntos.”
Absolutamente no. Soy yo el que quisiera saber que demonios estamos haciendo.
“No hagas nada exagerado. Ya no estamos en secundaria. Si dejáis el patio hecho un asco, puede que hasta te expulsen.”
Si Haruhi llegará a hacerlo, no me importaría ir borrando sus pintadas tras sus pasos. Pero como mínimo, tengo que prevenir a Yuki Nagato y a Mikuru Asahina de que les pase nada malo. Estoy bastante orgulloso de lo considerado que soy. Aunque dudo de que pueda hacer algo para detener a Haruhi si se pone en modo hiperactivo.
“Un ordenador también nos vendría bien.”
Después de que la Brigada SOS se fundara, la habitación del club de literatura, que previamente solo contaba con una mesa larga, sillas metálicas y estanterías, empezó a acumular una serie de trastos.
No tengo ni idea de donde sacó todo esto, pero ahora había un perchero con ruedas en un rincón de la habitación. Un hornillo eléctrico, una tetera, y tazas para que todos tengamos una a mano. Un equipo stereo pero sin una mini cadena y una pequeña nevera. Un fogón de camping, tazones, una sartén y varios utensilios de cocina. ¿Para que son tantos trastos? ¿Es que piensa vivir aquí?
Haruhi en estos momentos se encontraba sentada con las piernas y brazos cruzados sobre un escritorio que pilló de alguna clase. Sobre el escritorio había una pirámide negra con las palabras “comandante” pintadas con retulador blanco.
“Vivimos en la era de la información y ni siquiera tenemos un ordenador. Es imperdonable.”
¿A quien no puedes perdonar?
Los miembros estábamos básicamente apalancados. Yuki Nagato estaba en su posición habitual ocupada leyendo un libro de tapa gruesa que hablaba de la caída de una de las lunas de Saturno o algo así a juzgar por el titulo. Asahinasan, que no hacia falta que viniera pero que obedientemente vino de todos modos, estaba sentada en una silla sin nada que hacer.
[Nota: El Libro en cuestión es The Fall of Hyperion(La caída de Hyperion) de Dan Simmons, parece que Kyon no lo conoce y por eso interpreta el titulo literalmente (Hyperion es una de las lunas menores de Saturno)]
Haruhi bajó del escritorio y sonrió hacia donde estaba yo, dándome muy malas sensaciones.
“Vamos a conseguir uno.”
Dijo Haruhi, como un cazador que se dirige a buscar su presa.
“¿Conseguir un ordenador? ¿De donde? ¿Piensas saquear una tienda de electrónica?”
“Claro que no. Hay un sitio mucho más cerca.”
Tras ordenarnos que la siguiésemos, Haruhi nos condujo a Asahina-san y a mí hacia nuestro objetivo, la sociedad para el estudio de la informática, dos puertas más abajo.
Ya veo...
“Aguanta esto.”
Dijo al tiempo que me entregaba una cámara de fotos.
“¿Lo pillas? Voy a explicarte el plan, así que más te vale seguirlo al pie de la letra. Y no la cagues con la sincronización.”
Haruhi me agarro y me susurró el “plan” al oído.
“¿Hah? Eso es ridículo.”
“Seguro que funciona.”
Para ti puede que funcione. Mire a Asahina-san, que nos observaba con curiosidad, e intente hacerle señas.
Seria una buena idea salir corriendo ahora.
Cuando la mire intensamente y le guiñé un ojo, Asahina-san me miro dubitativa,
luego, tras aplicar no se que tipo de extraña lógica, se puso colorada. Que no. No está pillando el mensaje.
Mientras tanto, Haruhi ya había abierto tranquilamente la puerta sin tan siquiera llamar.
“¡Buenas--! ¡Hemos venido a coger un ordenador y algunos periféricos--!” La Habitación era bastante similar, solo que esta era un poco más estrecha. Había varios monitores y torres sobre las mesas uniformemente distribuidas. El leve zumbido de los ventiladores resonaba por el cuarto.
Los cuatro chicos que habían dejaron de teclear centraron su atención en Haruhi, de pie en frente de la puerta llevando a cabo su misión.
“¿Quién manda aquí?”
Haruhi dijo bastante arrogantemente con una sonrisa en la cara. Uno de ellos se levantó como respuesta.
“Ese soy yo. ¿Necesitas algo?”
“Ya te he dicho lo que quiero. Con uno es suficiente. Así que dame un ordenador.”
EL presidente de la asociación para el estudio de la informática, un desconocido senpai, tenia una expresión de “¿de que me estas hablando?” al tiempo que ladeaba la cabeza.
“Ni hablar. La subvención del instituto no es suficiente para cubrir todos los costes, así que hemos tenido que ser nosotros mismo quienes reunimos el dinero para comprar estos hace poco. No vamos sobrados de equipamiento para ir regalándoselo al primero que lo pida.”
“Por uno no pasa nada. Tenéis muchos aquí.”
“Oye tú… espera. ¿Quiénes sois vosotros?”
“Yo soy la comandante de la Brigada SOS, Haruhi Suzumiya. Estos son mis
subordinados numero uno y numero dos.”
Tampoco hace falta llamarnos subordinados.
“Yo te lo ordeno en nombre de la Brigada SOS. Deja de quejarte y danos uno.”
“No sé quien diantre sois, pero no significa no. Id y compraros uno.”
“En ese caso, tengo mis propios planes al respecto.”
Los ojos de Haruhi brillaron de audacia. No era buena señal. Trajo a Asahina-san, que se había quedado cerca de mí, y la dejó justo frente a ella, luego acercó al presidente. Y justo cuando me di cuenta de que había cogido el brazo del presidente, Haruhi estrujó la mano del presidente contra el pecho de Asahina a la velocidad de la luz.
“¡Fugya--!”
“¡Uwah--!”
Clic.
Con los dos gritos de fondo, presioné el botón de la camera.
Mientras agarraba a Asahina que intentaba escapar, Haruhi utilizaba su mano derecha para colocar la mano del presidente firmemente agarrada al pecho de la pequeña Asahina.
“Kyon. Saca otra foto.”
Sin pensarlo presioné el botón. Perdonarme, Asahina-san y presidente desconocido. El presidente finalmente se liberó de la garra de Haruhi y retrocedió un par de pasos justo cuando Haruhi estaba apunto de introducirle su mano por debajo de la falda de Asahina.
“¿¡Qué estás haciendo!?”
Haruhi meneó gracilmente su dedo índice delante de la sonrojada cara del presidente.
“Tsk. Tsk. Tsk. Tengo fotos de tu acoso sexual ahora. Si no quieres que difunda estas imágenes por todo el instituto, danos un ordenador.”
“¡Eso es ridículo!”
Esa fue la furiosa objeción del presidente. Lo siento por ti.
“¡Tu me has forzado a hacerlo! ¡Soy inocente!”
“¿Y cuanta gente crees que se tragará esa historia?”
Miré hacia Asahina-san y me la encontré inmóvil tirada en el suelo. Más que sorprendida parecía estar gravemente traumatizada.
Mientras, el presidente seguía protestando.
“¡Todos los miembros del club son testigos! ¡Fue en contra de mi voluntad!”
Los tres miembros restantes que se habían quedad petrificados con la boca abierta, aparentemente recobraron la compostura y asintieron.
“¡Es verdad!”
“¡No ha sido culpa del presidente!”
Ese débil recital conjunto no funcionaria contra Haruhi.
“¡Entonces diré que todo el club la violó!”
Todo el mundo en la habitación, incluidos Asahina-san y yo, se quedó pálido.
Eso es ir demasiado lejos.
“¡Su-Su-Su-Suzumiya-san…!”
Asahina-san se agarró a la pierna de Haruhi, pero esta se deshizo de ella sacudiendo el pie, luego cogió aire y dijo orgullosamente.
“¿Qué vais a hacer? ¿Vais a darme un ordenador o no?”
La cara del presidente, que había pasado del rojo al blanco, ahora estaba gris. Estaba completamente derrotado.
“Coge el que quieras…”
El presidente se derrumbo sobre la silla. Los otros miembros se abalanzaron sobre él.
“¡Presidente!”
“¡Aguanta!”
“¡Intenta sobreponerte!”
Su cabeza estaba agachada como la de una marioneta a la que le han cortado los hilos. Puede que sea cómplice de toda esta parodia, pero no pude evitar sentir lastima por él.
“¿Cuál es el más moderno?”
Tiene el corazón de hielo esta chica.
“¿¡Por que tengo que decírtelo!?”
Haruhi respondió a los gritos de furia de los miembros de la sociedad señalando a la cámara en mi mano.
“¡Maldita seas! ¡Ese de ahí!”
Haruhi se fijó en la marca y el modelo de la torre del ordenador y sacó un panfleto del bolsillo de la falda.
“Me pasé por una tiende de informática ayer y un empleado me enseño todos los últimos modelos. Este no es ninguno de ellos.”
Su atención por los detalles me asustó.
Haruhi se paseó entre las mesas comprobando todos los ordenadores antes de señalar a uno.
“Dadme este.”
“¡Espera! ¡Este justo lo compramos el mes pasado…!”
“Foto, Foto.”
“¡…Cógelo! ¡Ladrona!”
Éramos en efecto ladrones. No puedo negarlo.
Pero este no fue el fin de las demandas de Haruhi. Después de desconectar todos los cables, exigió que la pantalla y los otros periféricos fueran trasladados al club de literatura y reconectados. También hizo que nos instalaran un cable LAN entre las dos habitaciones para poder conectarnos a internet con la conexión del instituto. Todo lo hicieron los miembros de la asociación de informática. Es lo que se puede llamar una extorsión en toda regla.
“Asahina-san.”
Habiendo permanecido desamparada todo el rato, me acerque a la pequeña chica acurrucada en posición fetal con las manos cubriéndose el rostro.
“Venga, volvamos ya.”
“Uuuuu…”
Ayude a la sollozante Asahina-san a levantarse. Haruhi ya podría haber utilizado sus propias tetas para que las manosearan. Si no le importa lo más mínimo cambiarse delante de los chicos, seguramente no tendría problemas con esto tampoco. Mientras trataba de consolar a Asahina-san, que seguía llorando, me preguntaba para que iba a utilizar el ordenador.
Bueno, supongo que me enteraré pronto.
El lanzamiento de la web de la Brigada SOS. Parece ser que esto es lo perseguía Haruhi. ¿Y ahora qué? ¿Quién se va a encargar de hacerla? Esta pagina web o lo que sea.
“Tú.”
Eso es lo que dijo Haruhi.
“Tú tienes tiempo libre, ¿verdad? Hazla tú. Yo tengo que encontrar más miembros.”
El ordenador estaba sobre la mesa con la pirámide de “Comandante”. Haruhi estaba manejando el ratón navegando por Internet.
“Tiene que estar acabada en un día o dos. No podemos realizar ninguna actividad hasta que no tengamos web.”
Yuki Nagato, leyendo su libro, y Mikuru Asahina, desplomada sobre la mesa con los hombros temblorosos, actuaban como si esto no les afectara para nada.
Parece ser que yo era el único que escuchaba a Haruhi. Y como era el único que escuchaba sus demandas, tenía que hacerle caso. Al menos estoy convencido de que eso es lo que debe pensar Haruhi.
“Para ti es fácil decirlo.”
Eso es lo que dije, aunque tan poco era para tanto. No. No es que me haya acostumbrado a seguir las órdenes de Haruhi. Es por lo de hacer una pagina web. No he hecho ninguna antes, pero parece entretenido, ¿no crees?
Y así es como fue. Mañana será el primer capitulo de la historia sobre mis batallas para hacer una pagina web.
Tras pensar en lo que dije, resulta que no fue ninguna batalla difícil después de todo. La asociación para el estudio de la informática, haciendo honor a su nombre, ya había instalado la mayoría de los programas necesarios. Lo único que tenia que hacer era abrir una pagina por defecto y luego un poco de copiar pegar.
El problema era sobre lo que había que poner en la web.
Después de todo, sigo sin tener ni idea de a que se dedica la Brigada SOS. No puedo escribir sobre las actividades del club porque no existen aun, así que tras colocar una imagen que decía “¡Bienvenido a la página de la Brigada SOS!” arriba del todo de la página, me quedé sin nada que hacer. Las palabras de Haruhi de que me diera prisa resonaban incesantemente por mis orejas. Es por eso que estaba sentado aquí con el ratón en la mano mientras comía.
“Nagato, ¿Tú tienes algo que quieras que pongamos en la web?”
Lo intenté preguntando a Nagato, que también estaba aquí sentada leyendo durante la hora de comer.
“Nada.”
Ni siquiera alzó la mirada. No es que me importe, ¿pero al menos irá a clase, no?
Devolví mi atención de Yuki Nagato al monitor de 17” y seguí pensando.
Hay otro problema. ¿Es correcto que utilicemos el dominio del instituto para la
dirección de la web de una cuestionable brigada que no llega ni a asociación de estudiantes aprobada por la escuela?
Lo que no conoces no puede herirte. Esa sería la defensa de Haruhi. Si se dan cuenta de eso, simplemente quita la web. En estas cosas, ¡solo ganan los que se lanzan!
Siento un poco de envidia de su actitud tan optimista.
Añadí un contador de visitas y puse una dirección de e-mail –aún era demasiado pronto para montar un foro- y subí el sitio web que consistía en una página de inicio sin contenido.
Con eso será suficiente.
Tras comprobar que la pagina se veía correctamente, cerré todos los programas y apague el ordenador. Entonces, cuando estaba apunto de estírame de brazos, me encontré con Nagato de pie justo detrás de mi y me levante de un salto.
Es como si no estuviera presente. Antes de que me diera cuenta, Yuki Nagato se encontraba de pie detrás de mí con su pálida cara que recordaba a una Mascara Noh. Con una cara de póquer que te seria imposible imitar, se quedó mirándome como si yo fuera uno de eso carteles llenos de letras de los oculistas para comprobar la vista.
“Toma.”
Sujetaba un libro grueso. Reflexivamente lo cogí. Pesaba lo suyo. Mirando la cubierta, me di cuenta de que era ese libro de ciencia ficción extranjero que Nagato había estado leyendo hace unos días.
“Te lo dejo.”
Tras esa corta frase, Nagato dejó la habitación antes de que incluso pudiera rehusarlo. ¿Para que me deja un libro tan tocho? Solo en la habitación, pude oír el timbre que anunciaba el fin de la hora de comer. Parece que estoy rodeado de gente que no le importa lo mas mínimo lo que piense.
Había vuelto a clase con el libro de tapa dura cuando noté la punta de un boli clavándoseme en la espalda.
“¿Y bien? ¿Ya está lista la web?”
Haruhi estaba apoyándose sobre el borde de su mesa con expresión malhumorada. Estaba escribiendo violentamente vete tú a saber qué en la hoja de una libreta. Fingí despreocupación para evitar la atención de los compañeros de clase.
“Esta echa. Pero no es más que una web vacía que los visitantes abandonaran nada mas entrar.”
“Eso es suficiente por ahora. Solo necesitamos una dirección de correo.”
¿Por qué no utilizas tu propio e-mail?
“Eso no funcionaria. Tendremos que tratar con una avalancha de correos.”
¿Cómo va llenarse de correos una cuenta de e-mail recién creada?
“Es secreto.”
Luego mostró de nuevo esa siniestra sonrisa en su cara. Me da escalofríos.
“Lo sabrás en cuanto se acaben las clases. Por ahora es alto secreto.”
Preferiría que permaneciera alto secreto para siempre.
Haruhi desapareció durante la sexta hora. Uno podría pensar que se habría ido a casa, pero era francamente improbable. Era el preludio de sus fechorías. Ya han acabado las clases. Todavía mantengo mis dudas sobre qué estamos haciendo y por qué mis piernas me llevan hacia el cuarto del club. Mientras me disgregaba entre estas observaciones metafóricas, me encontré delante de la puerta del club.
“Buenas.”
Naturalmente, Yuki Nagato ya se encontraba aquí junto con Mikuru Asahinasan, sentada en una silla con las manos juntas.
Quizás no sea la persona indicada para decirlo, ¿pero no están muy aburridas estas dos?
Asahina-san recompensó mi entrada con una indudable expresión de alivio.
Supongo que estar en una habitación solo con Nagato puede resultar muy estresante.
Pero vaya. ¿Sigues viniendo a pesar de lo que pasó ayer?
“¿Dónde está Suzumiya-san?”
“Ni idea. Se largo antes de empezar la sexta clase. A lo mejor esta por ahí saqueando nuevo equipamiento.”
“¿Tendré que volver a hacer algo como lo de ayer….?”
“No te preocupes. La próxima vez que te fuerce a hacer algo como eso, haré lo que sea para impedírselo. Puede utilizar su propio cuerpo para hacer estas cosas. Eso no supone un problema para Suzumiya.”
“Gracias.”
La imagen de ella inclinando la cabeza mientras sonreía tímidamente era tan adorable que me lanzaría a abrazarla con mis brazos. Pero no lo haré.
“Cuento contigo entonces.”
“Puedes estar tranquila.”
Mi garantía tendría algún valor si no se hubiera desmoronado como una teoría infundada, un castillo de naipes, o un átomo de hidrogeno dentro del sol, pasado apenas cinco minutos. No sirvo para nada.
“¡Ya-hooo!”
Haruhi grito al entrar en la habitación. Mis ojos se centraron en las dos grandes bolsas de papel que sostenía en ambas manos.
“He tardado un poco más de lo esperado. Lo siento.”
Es factible asumir que cuando Haruhi está de buen humor, es porque está tramando algo que acabará trayendo problemas a otra gente.
Haruhi dejó las bolsas de papel en el suelo y se volvió para echarle el pestillo a la puerta. Asahina-san reflexivamente se sobresaltó ante ese sonido.
“¿Qué planeas hacer esta vez, Suzumiya? Solo quiero hacerte saber que no voy a participar en ningún otro chantaje o robo.”
“¿De que estas hablando? Yo nunca he hecho nada de eso.”
Entonces explica lo del ordenador de encima del escritorio.
“Lo conseguí utilizando métodos pacíficos. Olvida eso. Mira. Fíjate en esto.”
Haruhi sacó un paquete de folios DIN A4 de una de las bolsas de papel. Parece que había algo impreso en ellos.
“Estos son panfletos que he hecho para difundir el nombre de la Brigada SOS.
Me colé en la habitación de la fotocopiadora e hice 200 copias.”
Haruhi nos pasó los panfletos. Así que esto es lo que hacías mientras te saltabas la clase, huh. Es impresionante que nadie te pillara. No tenia ningún interés particular en fijarme en el panfleto, pero para entonces, ya le había echado una mirada.
“Proclamaciones fundamentales de la Brigada SOS. Nosotros, la Brigada SOS, estamos buscando los misterios de este mundo. Gente que haya experimentado algo misterios en el pasado. Gente que haya experimentado algo misterios recientemente. Gente que quiera experimentar algo misterios en el futuro. Si os sentís identificados con una de estas situaciones, ¡venid a vernos! ¡Nosotros resolveremos vuestros problemas
enseguida! Garantizado. No obstante, no nos sirven los misterios normales. Tiene que ser un misterio que nos impresione de verdad. ¡Tenedlo muy presente esto! Nuestro e-mail es…
Creo que empiezo a entender el propósito de esta brigada. Parece que Haruhi planea sumergirse ella misma en un mundo de la ciencia ficción, de fantasía, o de terror.
“Vamos a repartirlos ahora.”
“¿Dónde?”
“En la puerta de entrada. Justo ahora debe estar llena de estudiantes que vuelven a casa.”
Lo que tú digas, fue mi contestación, al tiempo que me disponía a coger la
bolsa de papel, pero Haruhi me detuvo.
“Tú no hace falta que vengas. Mikuru-chan será la que me acompañe.”
“¿Qué?”
Asahina-san, que sostenía uno de los panfletos mientras leía su cutre contenido, volvió su cabeza. Haruhi metió la mano en la otra bolsa de papel y saco algo de ella.
“¡Ta-da!”
Con la apariencia triunfal de cierto gato robótico, Haruhi sacó lo que parecía una prenda de ropa negra. Pero, ¡Oh-no! Después de que Haruhi acabará de sacar cosas de su bolsa cuatri-dimensional, me di cuenta de que es lo que había planeado Haruhi para Asahina-san, así que empecé a rezar por ella. Que tu alma descanse en paz.
Leotardos, medias de rejilla, orejas de conejo y corbata de color negro, y un collar, puños y cola de color blanco.
Sin duda alguna un traje de conejita.
“Um, um, um, ¿Y esto para que es…?”
Esa era Asahina-san, con un tono asustado.
“¿Que no lo ves? Conejita.”
Y esta era Haruhi, con tono sereno.
“N-n-no esperarás que me ponga…”
“Por supuesto. Hay uno para ti también.”
“¡N- No puedo ponerme algo así!”
“No te preocupes. Creo que la talla es la correcta.”
“No es eso a lo que me refiero. Um. ¿Vamos a ponernos esto y repartir folletos en la entrada del instituto…?”
“¿Es que no es obvio?”
“¡No quiero hacerlo!”
“Cállate.”
Mierda. Tenía esa expresión inflexible en sus ojos. Haruhi saltó sobre Asahinasan como una leona que se abalanza sobre una indefensa gacela y empezó a quitarle el uniforme de marinera a pesar de la resistencia de Asahina.
“¡Noooo-!”
“¡Deja de resistirte!”
Mientras hacia semejantes demandas, Haruhi tumbó a Asahina-san.
Fácilmente consiguió bajarle la blusa y movió sus dedos hacia los botones de la falda, fue entonces cuando pensé que tenía que detener esto y me acerqué cuando me encontré con los ojos de Asahina.
“¡No mires!”
Tras oír ese grito, me quedé con cara de idiota y salí corriendo hacia la puerta –mierda, estaba cerrada- me entretuve un poco en sacar el pestillo antes de poder salir fuera.
Y mientras pasaba todo esto, pude ver de reojo durante un instante, que Yuki Nagato seguía leyendo como si no pasara nada.
¿Es que no tienes nada que decir sobre todo esto?
Una vez tras la puerta, puede oír…
“¡Ah!” “¡No!” “Al menos… de-déjame desvestirme yo sola… ¡Hiii!”
…Los lamentables chillidos de Asahina-san…
“¡Urya-!” “¡Venga! ¡Sácatelo todo!” “¡Deberías haberme hecho caso desde el principio!”
…los triunfales gritos de Haruhi. Dios. Mentiría si os dijera que no quiero saber que esta pasando ahí dentro, naturalmente. Al cabo de un rato, recibí la señal.
“¡Ya puedes entrar!”
Cuando entré vacilantemente de nuevo en el cuarto, me encontré con la visión de dos increíblemente perfectas conejitas. Tanto Haruhi como Asahina estaban esplendidas.
Un escote enorme y la espalda al descubierto. El muslo quedaba descubierto desde la ingle hasta la cintura mientras las medias de rejilla envolvían todas sus piernas.
Las orejas de conejo se balanceaban sobre sus cabezas y el collar y los puños blancos no hacían más que incrementar la puntuación. Aunque no sé de que va esto de los puntos.
La combinación de Haruhi, que tenia un cuerpo esbelto y bien proporcionado, junto con Asahina-san, más pequeña pero con una silueta perfecta, era demasiado para mis ojos.
Mientras reflexionaba sobre si debía decirle “te queda bien,” a la sollozante Asahina-san, Haruhi dijo.
“¿Qué te parece?”
¿Qué que me parece? Creo que tus facultades mentales no están bien.
“¡Esto será perfecto para atraer la atención! La gente sí aceptara panfletos si nos vestimos así. ¿¡No crees!?”
Pues claro. Dos chicas vestidas así en la entrada del instituto desde luego que llamaran la atención… ¿y que pasa con Nagato?
“Solo tenia para comprar dos. Cogí el conjunto completo, así que salió caro.”
¿Dónde compraste esto?
“Lo compré por Internet.”
“…ya veo.”
Me estaba preguntando como es que no tenía que bajar la mirada para observarla, como era habitual, cuando vi que había sido tan detallista como para ponerse también zapatos de tacones.
Haruhi cogió la bolsa con los panfletos.
“¡Vamos, Mikuru-chan!”
Asahina-san, con los brazos cruzados sobre el pecho, me miro hacia mí buscando salvación. Yo solo podía contemplarla en su traje de conejita.
Lo siento. Para ser honesto, no puedo hacer nada contra ese vestido.
Asahina-san lloriqueaba como una niña mientras se aferraba a la mesa, pero no siendo rival para la extraordinaria fuerza de Haruhi, ella y sus débiles gemidos fueron arrastrados, así los dos conejitas desaparecieron de la habitación. Me senté en mi silla con un abrumador sentimiento de culpa.
“Ahí.”
Yuki Nagato señalo al suelo. Al mirar, descubrí dos uniformes de marinerita escampados por el suelo junto con… ¿eso es un sostén?
La chica de las gafas y pelo corto, permaneció muda mientras señalaba el perchero antes de volver a su lectura como si su trabajo ya hubiera concluido.
Manda huevos.
Resignado, empecé a guardar los uniformes de las chicas en el perchero. Gah. Todavía puedo notar su calor corporal. Está todo caliente.
Treinta minutos después, una hundida Asahina-san volvió. Whoa. Sus ojos ahora están rojos como los de un conejo de verdad. No es momento de estar diciendo esto.
Rápidamente me levanté y le ofrecí la silla. Y justo igual que antes, Asahina se derrumbó sobre la mesa, sus redondos hombros empezaron a temblar. Parece que no tiene ni fuerzas para cambiarse. Tenía media espalda a la vista por lo que no sabia donde dirigir mi mirada. Me quite la chaqueta y le cubre su pálida y temblorosa espalda. La inconsolable lloriqueante chica, la irresponsable rata de biblioteca, y el desconcertado y cobarde bastardo (yo) permanecieron silenciosamente en la habitación durante un rato alcanzando un nuevo record de tensión en el ambiente… En la lejanía se podía oír claramente el sonido de las trompetas de la banda y los indiscriminados gritos del equipo de béisbol.
Cuando estaba dedicado a pensar en cosas insignificantes como que habría hoy para cenar, Haruhi hizo su heroica reaparición. Lo primero que salió de su boca fue…
“¡Estoy cabreada! ¿Qué les pasa a estos estúpidos profesores? ¡Tenían que venir y meterse en mi camino!”
Iba gritando aún con su traje de conejita. Tenía una idea general de lo que debía haber pasado, pero pregunté de todos modos.
“¿Qué ha habido algún problema?”
“¡Más que eso! ¡No hemos podido ni repartir la mitad de los folletos cuando unos profesores vinieron y nos dijeron que paráramos! ¿¡Pero quienes se creen que son!?”
Es de esperar. Si chicas vestidas de conejitas empiezan a repartir panfletos delante de la entrada, cualquiera aunque no sea un profesor vendría a detenerte.
“Hicieron llorar a Mikuru-chan Y A mi me llevaron a la oficina de atención al estudiante. Incluso ese idiota del balonmano, Okabe, vino ahí."
Probablemente ni el director de la oficina ni nuestro tutor Okabe-sensei se
atrevieron a mirarte directamente.
“¡De todos modos, estoy cabreada! Es suficiente por hoy. Se terminó la sesión.”
Haruhi se saco la orejas de conejo, las lanzó al suelo y empezó a quitarse el traje de conejita. Rápidamente corrí hacia la puerta.
“¿¡Cuánto tiempo piensas seguir llorando!? Venga va. ¡Cámbiate ya!”
Me dirigí a la pared del pasillo mientras esperaba a que acabaran. No es que Haruhi sea una exhibicionista. Probablemente lo que pasa es que no tiene ni idea del efecto que tiene su cuerpo semidesnudo en los hombres. Del mismo modo que no eligió el vestido de conejita por su sensualidad, sino simplemente porque atrae la atención.
No creo que llegue a tener nunca una relación seria.
Desearía que fuera más considerada con lo que piensan los chicos, ¡o al menos con lo que pienso yo! Honestamente, tratar con una persona tan loca como está es realmente agotador. Tengo que buscar alguna manera para mejorar esto, al menos por el bien de Asahina-san. Y de todos modos… ya podrías decir algo, Nagato.
Al cabo de un rato Asahina-san salió de la habitación, tambaleándose y temblorosa, como un estudiante que acaba de suspender la prueba de acceso a la universidad por segundo año. Sin saber bien que decir, permanecí en silencio…
“Kyon-kun…”
Sonaba como un fantasma de un crucero de lujo que se hundió en las profundidades del océano.
“…Si me vuelvo indigna para el matrimonio, ¿Tú harás cargo de mi…?”
¿Qué debería decir? Un momento. ¿Tú también vas a llamarme por ese nombre?”
Asahina-san, moviéndose como un robot al que se le acaba la cuerda, me devolvió la chaqueta. Por un momento, pensé que saltaría a mis brazos y empezaría a llorar, pero siguió caminando con el ánimo hundido.
Que escena más triste.
Al día siguiente Asahina no vino a la escuela.
El nombre de Haruhi Suzumiya ya era conocido por toda la escuela, pero gracias al incidente de las conejitas, su nombre fue más allá de los simples comentarios y paso a formar parte de la leyenda del instituto. A mi no me importaba lo mas mínimo. No tenia nada que ver conmigo que la escuela entera supiera de las paranoias de Haruhi.
El problema era que también el nombre de Mikuru Asahina empezó a difundirse así como su asociación con Haruhi, y empecé a notar como si la gente me mirara de forma extraña.
“Hey tío, Kyon… al final te has convertido en colega de Suzumiya.”
Era el descanso. Taniguchi sonaba irritantemente simpático.
“Nunca imaginé que Suzumiya hiciera amigos… parece que nada es imposible en este mundo.”
Déjame en paz.
“En serio. Fue un bombazo ayer. Iba a volver a casa cuando vi un par de conejitas delante la puerta. Después de comprobar que no era un sueño, empecé a preocuparme por si me estaba volviendo loco.”
Dijo Taniguchi, que iba meneando una hoja de papel bastante familiar.
“¿Que es esto de la Brigada SOS? ¿Qué se hace ahí?”
Pregúntale a Haruhi. Yo no tengo ni idea. Tampoco quiero saberlo. Incluso aunque lo supiera, no quería contárselo a nadie.
“Aquí dice que expliquemos nuestras experiencias con algún misterio. ¿Qué significa exactamente? Y no acabo de entender esta parte de que un misterio normal no sirve.”
Incluso Ryoko Asakura vino a dar su opinión y todo
“Parece que os lo estáis pasando bien. Pero seria mejor si no hirierais la sensibilidad de las personas. Lo de ayer fue ir demasiado lejos.”
También yo debería haber hecho campana.
Haruhi seguía enfadada. No tanto por el hecho de que la interrumpieron durante la distribución de folletos, sino por qué ha pasado un día y no ha llegado ni un solo correo al e-mail de la Brigada SOS. Yo esperaba encontrar algún que otro correo de cachondeo, pero parece que en el mundo hay más sentido común de lo que creía. Tenía la convicción de que era debido a que todo el mundo se había dado cuenta de que involucrarse con Haruhi solo traería problemas.
Haruhi observo la cuenta de correo vacía con una ceja fruncida mientras movía el ratón óptico.
“¿Por qué no tenemos ni un correo?”
“Solo ha pasado un día. Tal vez haya gente con increíbles historias de sucesos sobrenaturales, pero que no piensa contárselo a semejante brigada de dudosa credibilidad.”
Le dije eso para calmarla. Pero en realidad…
¿Sabes de algún misterio que haya ocurrido? Sí, por supuesto. Oh, eso es fantástico. Explícamelo por favor. Claro, veras…
Como si algo así fuera a pasar. Escucha Haruhi. Estas cosas solo pasan en los mangas o en las novelas de ciencia ficción. La realidad es mucho más dura y seria. En este insignificante instituto de prefactura en el culo del mundo no se esta llevando a cabo ninguna conspiración para provocar el fin del mundo. Aquí no hay no-humanos paseando tranquilamente por la zona residencial. No hay ninguna nave espacial enterrada en al colina de detrás de la escuela. Nada de esto pasará jamás. Nada en absoluto. Lo sabes ¿verdad? En realidad lo entiendes todo esto, ¿no es así? Es solo que no sabes como deshacerte de las frustraciones de tu infancia, y estas inquietudes te están llevando por el camino equivocado. Despierta ya. ¿Por qué no te vas a buscara a un chico guapo con el que volver juntos a casa o ir a ver una película el domingo? O únete a algún club deportivo y déjate de historias. Seguro que te harán miembro del primer equipo en seguida.
…Bueno, esto es lo que debería haberle dicho, pero tenía la sensación de que me hubiera comido el puño de Haruhi antes de completar cinco frases, así que pasé.
“¿No ha venido Mikuru hoy?”
“No creo que vuelva más. Pobre chica. Espero que no le queden secuelas permanentes.”
“Incluso le había comprado un nuevo vestido para ella.”
“Póntelo tú.”
“Claro que podría ponérmelo yo también. Pero no es divertido si no está Mikuru-chan por aquí.”
Yuki Nagato, con su virtualmente inexistente presencia, parecía como si se hubiera fusionado con la silla. No tienes porque tomarla tanto con Asahina-san. Puedes usar a Nagato como tu muñeca para jugar a los vestiditos. Aunque no creo que seria ninguna mejora. Pero seguro que a diferencia de la llorona de Asahina-san, Nagato se pondría el traje de conejita sin rechistar si se lo ordenasen. Y no me importaría verla así además.
Finalmente el esperado estudiante de intercambio llegó.
Eso es lo que me dijo Haruhi durante la corta pausa que hay entre clases por la mañana.
“¿No crees que es fantástico? ¡Al final ha venido!”
Haruhi se asomaba por fuera de su mesa con una brillante sonrisa como la de una niña de preescolar que acababa de recibir el regalo que tanto deseaba.
No sé cómo se había enterado Haruhi, pero al parecer, ese estudiante había sido asignado a la clase 1-9 hoy.
“Es una oportunidad única en la vida. Es una lastima que no lo hayan metido en nuestra clase, pero sigue siendo un misterioso estudiante transferido. No hay ninguna duda.”
¿Cómo lo sabes si ni siquiera lo has visto?
“¿No te lo dije ya? ¡Las estadísticas indican que un estudiante que es transferido en mitad del curso es prácticamente seguro que se trate de un misterioso estudiante transferido!”
¿Quién, cuándo y cómo se han elaborado esas estadísticas? Eso sí es un misterio.
Si se puede considerar que un estudiante transferido en mayo es misterioso, entonces Japón está lleno de misterios estudiantes transferidos.
Pero claro, está original teoría de Haruhi no sigue las leyes universales del sentido común. Haruhi desapareció justo cuando acabó la segunda clase.
Seguramente debía estar en la clase 1-9 a chequear al misterioso estudiante transferido.
Y justo antes de que sonara el timbre, Haruhi volvió con la cara todo seria.
“¿Era misterioso el estudiante?”
“Mmm… la verdad es que no lo parecía mucho.”
Pues claro.
“Hablamos un rato, pero no sé suficiente como para poder estar segura. Puede que este disimulando para parecer un estudiante normal. Creo que es lo más probable. Seria absurdo revelar tu verdadera identidad ya de entrada en el primer día. Iré a hacerle mas preguntas en el siguiente descanso.”
No. Seguramente asustes a la gente del 1-9- Déjame imaginármelo. Haruhi, que prácticamente no ha iniciado nunca una conversación con alguien, de repente entra en tu clase y agarra a quien tiene más cerca. “¿Quién es el nuevo estudiante?” Pregunta y al instante le contestan, luego se marcha hacia esa dirección. Entonces seguramente irrumpa en medio de un grupo de felices estudiantes que intentan saber cosas de él y se abre camino hasta el centro, hasta acabar frente al sorprendido estúdiate transferido.”¿De donde provienes?” ¿Cuál es tu verdadera identidad?” Como si se tratara de una test.
Entonces pensé en algo.
“¿Es un chico o una chica?”
“Costaba distinguirlo. Pero por ahora parece un tío.”
Entonces es un chico.
Lo que significa que ahora la Brigada SOS contará con otro miembro masculino. Seguramente se verá forzado a entrar sin importar lo que diga, solo por el hecho de ser un estudiante transferido. Pero puede que no sea tan amable como Asahina-san o yo. ¿En serio puede ir todo tan bien? No importa cuanto opresiva sea Haruhi, alguien con mayor fuerza de voluntad podría resistirse a ella ¿no?
Si consigue reunir suficientes miembros, podríamos acabando realizando esa absurda asociación de estudiantes. “Para salvar el mundo con una sobredosis de diversión la brigada de Haruhi Suzumiya,” ¿no? Otra cosa es que la escuela lo acepte o no, pero la persona que se encargaría de hacer todo los tramites sería, quien si no, yo. Y entonces quedaría marcado como “el subordinado de Haruhi Suzumiya” por los siguientes tres años.
Todavía no tengo pensado que haré después del instituto, pero tal vez quiera ir a una universidad, así que preferiría evitar hacer nada que quedara marcado en mi expediente. Pero mientras siga junto Haruhi, no parece que vaya a ser posible.
¿Qué debería hacer?
No se me ocurre nada.
Sé que debería haberme enfrentado a ella y hacer que deshiciera la Brigada SOS. Luego debería hablarle directamente y persuadirla de que viviera una vida normal.
Olvídate de aliens, viajeros del tiempo y poderes paranormales y encuentra a un chico en el que dirigir tus esfuerzos para crear una relación, o unirte a un club deportivo. Así es como debería pasar sus tres años como una estudiante normal.
Solo si pudiera decírselo.
Solo si tuviera una voluntad más fuerte o más sentido del deber, podría haberme librado de este torrente que es Haruhi Suzumiya y no habría acabado en un mar de extravagancias. El mundo habría conservado su dignidad.
Habríamos vivido normalmente durante tres años y luego graduarnos con una ceremonia formal.
…seguramente.
El motivo por el que estoy hablando de estas cosas, es debido a ciertos sucesos que experimenté y que eran cualquier cosa menos normales. Si has estado atento al transcurso de la historia, deberías habértelo imaginado ya.
¿Por donde empiezo?
Creo que por cuando el nuevo estudiante transferido entró en la habitación del club.
Capítulo 2
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La melancolía de Haruhi Suzumiya
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